Los camboyanos esclavizados en los
talleres de confección han salido a la calle para reclamar que les paguen diez
míseros euros más al mes. La osadía ha sido neutralizada con el mismo método
que ya se ha ensayado en España para disolver la indignación: A golpes.
Dentro de poco tendrán menos trabajo,
porque la involución peronista en Argentina ha dado en lanzar una línea de ropa
NyP, siglas de Nacional y Popular, el lema kirchnerista. Un pack textil de
manufactura nacional con zapatillas, calcetines, pantalón y camiseta, que podrá
comprarse a 41 euros, y que es fruto de una enérgica política nacional para uniformar
a los descamisados de Evita.
En España dentro de poco se volverá a
predicar la caridad para dar limosna a los ciudadanos a quienes ahora se niegan
los derechos y que, a no mucho tardar, acabarán sin casa, sin trabajo, sin
sanidad, sin poder ir a la universidad y hasta sin camisa.
Entre tanto, el país libra un encendido
debate sobre la conveniencia de que los ciclistas lleven casco en ciudad, y se subvencionan
las copas en el bar del Congreso a precios de vino de tetrabrick, mientras Carromero,
Miguel Ángel Rodríguez, el profesor Neira y hasta la ex de Bisbal revientan
alcoholímetros. La cesta de la compra del resto de los ciudadanos está cada vez
más cara, y los diputados toman café por 85 céntimos y cubatas a 3,40.
Con estas facilidades etílicas, la caña
cuesta solo 95 céntimos, Gallardón se ha encendido y se ha puesto a escribir
una nueva ley procesal penal. Embriagado por la destilación de los efluvios del
mojito, ha decretado que el juez pueda ordenar a un periódico que no publique
noticias sobre un sumario, so pena de iniciar un proceso penal contra el medio
de comunicación que viole la gallarda norma. Es más, llega al delirio de que
los jueces y fiscales podrán ordenar a acusados y testigos que no hablen con
los medios.
Lo más portentoso es que el ministro dice que estas medidas se
toman para defender los intereses de los ciudadanos imputados, esos anónimos
que nunca salimos en las portadas. También es casualidad que haya que pensar en
los derechos de los imputados precisamente ahora que casi todos son de los
suyos: Políticos Gurtel, políticos Bárcenas, políticos metidos a banqueros y
constructores metidos a políticos, o viceversa, amén de yernos e hijísimas.
Es cierto, para atenuar tanto escándalo hay que tapar la boca a la prensa. El Banco de España está investigando cómo llegó a manos de El Mundo un correo electrónico sobre la morosidad de la banca. Pretenden abrir un expediente al periódico porque el contenido del mensaje puede afectar al prestigio de la institución. La verdad es que resulta hilarante, y hasta enternecedor, descubrir que aún se creen dueños de una buena reputación.
Es cierto, para atenuar tanto escándalo hay que tapar la boca a la prensa. El Banco de España está investigando cómo llegó a manos de El Mundo un correo electrónico sobre la morosidad de la banca. Pretenden abrir un expediente al periódico porque el contenido del mensaje puede afectar al prestigio de la institución. La verdad es que resulta hilarante, y hasta enternecedor, descubrir que aún se creen dueños de una buena reputación.