lunes, 25 de junio de 2012

La energía oscura


San Juan decidió tomarse a pecho la orgía de fuego nocturna y, ya vencido el solsticio, prendió mecha a la plaza de Abastos de Reinosa cuya vetusta estructura ardió con una fiereza inusitada hasta desnudar su esqueleto. Al mismo tiempo, un peatón dio positivo en la prueba de la alcoholemia tras ser atropellado por un autobús municipal en Santander, y en un nuevo delirio provocado por la magia de la noche, al día siguiente una anciana ha tenido que ser rescatada por la policía cuando circulaba por la S-20 en silla eléctrica.
Estamos a un paso de conocer los secretos más oscuros del universo, amenaza un científico desde las páginas de un periódico. Europa, que se dedica a asuntos más productivos que descontrolar el euro, amedrentar gobiernos y estrangular países, ha dado luz verde a una misión para estudiar la misteriosa energía oscura que compone el 73 por ciento del universo. Intentarán averiguar por qué la velocidad de expansión del universo aumenta, en lugar de desacelerar, que al parecer seria lo lógico. Algo equivalente a tratar de desentrañar por qué no somos capaces de superarnos como especie a la hora de organizar la distribución de recursos y de orquestar un sistema social de convivencia.
Algunas especies progresan aceleradamente por ese lado oscuro al que cada vez se adscriben más voluntades, como Urdangarín que cobró tres millones y medio de euros por organizar unos foros en Valencia que costaron 420.000 euros. No es de extrañar, por tanto, que una misión de la eurocámara viaje a España para verificar cómo se gastan las ayudas europeas, porque somos uno de los países donde se han detectado más errores en la gestión de las subvenciones comunitarias. No, no somos tan distintos de Grecia, donde el solsticio de verano también ha hecho estragos entre sus dirigentes, al primer ministro se le desprende la retina y al ministro de Economía le da un ictus. Si, por favor, investiguen esas energías negras, esos vórtices financieros, los esperpentos de ultragalaxias. Quizá por ese camino descubramos la esencia del sentido común.