Como dijo Montaigne, nadie está
libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis. Aplíquese la
receta al líder Rajoy que ayer ironizó sobre la cifra de rescate a la banca que
está barajando, “son elucubraciones. Pregúntenme a mí”. Y cuando lo hicieron respondió
que no lo sabía. Hace bien, porque saber mucho da ocasión para dudar más, y de
vacilaciones, titubeos e incertidumbres ya tenemos sobrada experiencia, especialmente
en cuanto a la escéptica utilidad de algunas de nuestras instituciones.
El Gobierno ha designado un nuevo
gobernador del Banco de España, Luis Linde. Pero independientemente del nombre
la pregunta es si éste -como otros organismos presuntamente tan importantes- es realmente
necesario, a la vista de que no ha acertado a ver ni a atajar la putrefacción de
algunas instituciones financieras que ya llevaban tiempo atufando desde las páginas
salmón de la prensa. Si su misión es someter a vigilancia a los bancos, regular
y supervisar se puede colegir con generosos argumentos que han fracasado hasta
el escándalo. Por tanto, un recambio al frente de su cúpula no nos asegura más
que seguiremos pagando otro sueldo millonario a otro gobernador sin exigirle
resultados ni productividad alguna. De momento, pese al mutismo del presidente,
al parecer ya se requieren otros 9.000 millones de euros más para Catalunya Banc
y Novogalicia.
Este contratiempo obliga a hacer
algunos ajustes más, como suprimir los moscosos de los funcionarios confiando
en que subirá su productividad; multar a los sinpapeles en vez de expulsarlos del
país porque sale más barato; o cobrar diez euros a quien se apunte a una bolsa
de empleo público, como ha hecho Esperanza Aguirre en Madrid.
Aquí, en Cantabria, se bajarán
las tasas para que se vendan más automóviles, sin tener en cuenta que para
comprarles antes habrá que tener trabajo y sueldo, o más sueldo y no menos, como
ocurre en este periodo de mermas salariales donde empresas, como hoy Sniace,
amenazan a sus trabajadores con despidos si no se rebajan el sueldo.
Otra iniciativa destacable, casi
roza la categoría de hito, es que el Seprona ha decomisado ayer dieciséis
jargos, ocho pulpos, tres centollas y un chicharro en una macrooperación contra
la pesca furtiva, cuyo testimonio gráfico aparece hoy en la prensa expuesto -chorreando- sobre una mesa con
la misma escenografía que un alijo de droga.
En paralelo a
esta realidad, el presunto estafador rumano de Paloma Lago se dice descendiente
del conde Drácula y Elvis Presley resucita sobre el escenario gracias a una
recreación digital a través de la técnica del holograma, como aquel entonces
futurista mensaje de la princesa Leila que reprodujo el androide R2D2.
Lo cierto es que hay indicios
de que la galaxia ficticia de George Lucas habita entre nosotros y que los
caballeros Sith del lado oscuro de la fuerza han ganado la partida a los Jedi.